7/13/2011

Reflexiones sobre especulación


Los últimos sucesos bursátiles, la enquistación de esta Crisis económico-estatal-social, las ideas que surgen para tratar de desenquistarla,….me llevan muchas veces a acabar hablando como un sindicalista.

Puede que se vea cierto tono despectivo en la denominación de “sindicalista”. Y es cierto, porque creo que se han aupado a vanguardia del proletariado generándose un funcionarizado inmerecido e incontrolado, de tal modo que los Derechos y Deberes que justificaban su función se han transformado en papel mojado para cobrar salarios sin desempeñar el trabajo que se les encomendó. Ante esto, la solución, fuera cual fuese, pasa por altas dosis de vergüenza torera, pero eso escasea tanto hoy en día como el "cash".
Comentando, debatiendo, con un amigo, llego, otra vez, a la conclusión de que es injusto que, ya que el dinero no suda, se lleve la mejor tajada; y que aceptar, en pos del trabajo remunerado, la supremacía del empresario – o mejor dicho la EMPRESA- sólo nos llevará a malvender la fuerza de trabajo cada vez más. Entraremos en el juego perverso de la especulación.

Pueden parecer simplistas estas conclusiones, y en cierto modo lo son, pero el trasfondo sobre el que se asientan es complejo, ya que, para empezar, el capital no se mueve si no le compensa el beneficio, y estamos llegando a un punto en que ese beneficio va en contra del justiprecio por el que-hacer del empleado. La solución lógica a este conflicto es el no hacer nada. El problema viene del hecho de que el trabajador, el parado, tiene responsabilidades, urgencias, hambre, y siempre perderá el pulso frente al capital, pues este no tiene hambre, ni sueño, ni miedos,….Podríamos argumentar que las personas que tienen el capital sí, pero ¿es posible hacer esa identificación hoy en día entre capital y persona cuando los entramados financieros han llegado a su máxima expresión? Yo creo que no, por eso tiene más sentido que nunca la personificación que hacía Marx del Capital frente a los trabajadores, porque los individuos que están detrás de las sociedades de inversión no imprimen un carácter humano a los intereses buscados sino que bajo la única lógica de retribuir su inversión con beneficios el Capital tiene vía libre para actuar frente a los intereses humanos (sustento, bienestar,…) de otras personas, los trabajadores.
¿Podríamos pensar en una entidad alternativa a la EMPRESA que retribuyera el trabajo con un salario garantizando en esta relación contractual unos derechos y deberes vinculados a la condición humana? A mí me salta automáticamente la idea de reemplazar el adjetivo de humano por ciudadano. Y entonces, paulatinamente, el escenario comienza a transformarse, pues concibo a un Estado, una administración pública como garante de la transacción equitativa entre fuerza de trabajo y remuneración.
¿Cuestiones que hacen de esto una utopía? Variopintas y enquistadas:
a) ¿Quién vigila al vigilante? Es decir, si el Estado es la instancia superior, ¿Cómo evitar sus desmanes? La única salida posible es el control ferreo de las instituciones por parte de una masa de ciudadanos críticos. Pues eso, UTOPÍA, en estos nuestros días.
b) ¿Cómo plantearse esto cuando la mayoría de las administraciones públicas nos ejemplifican casos de ineficiencia, malversación y corrupción?
c) ¿Acaso los Estados no se están demostrando obsoletos ya en el s.XXI? Sí, por ello pienso en UN ESTADO, planetario, dependiente de CIUDADANOS del MUNDO.
Por lo que veo pasan todas por una necesidad la de formar SS.HH. responsables, ciudadanos, resumiendo EDUCACIÓN.
Estas líneas no son más que un esbozo del guirigay que hay entre mi cabeza y mi alma concupiscente, porque todos estamos un poco “hasta los huevos, trastornados”.
Lamento si están redactadas de un modo hermenéutico y poco entendible, no responden ínfulas estéticas sino a modos de expresarme. Aunque bueno, como dijo un colega, "los blogs están pensados para ser escritos no para ser leidos", ;)


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