12/14/2012

Levantar la mañana ¿Y el Mundo?


La casa estaba fría. A pesar de haber dejado programada el radiador del dormitorio para que no bajara demasiado la temperatura, lo primero que percibí que era una mañana fría.

Aunque uno pueda eludir los despertadores tecnológicos, el reloj vital de la bestia no perdona, y éste pedía su ración de “Roca”. Como siempre ante este panorama volví a elucubrar la posibilidad de haberlo adiestrado en el uso de inodoro. Quimeras matutinas. Signo evidente de no haber completado el proceso de despierte.

La calle no estaba tan fría, la humedad del ambiente había hecho subir la temperatura, y ningún viento sañudo se empeñaba en recordar empíricamente su existencia.  El barrio estaba ya en marcha y los repartidores acababan el abastecimiento matutino del mercado y el hiper.

Completada uno de los múltiples variables deambulatorios para el “alivio canino”, enfilaba la entrada al portal con signos evidentes de haber abrazado ese estado de pretendida consciencia: “¿Voy a la biblio o me quedo en casa?”, “Necesito organizar los papeles de los títulos y la documentación recopialada”, “Tengo que enviar esos mails y organizar el protocolo de trabajo para esas clases del master”, “Tengo que dedicarle tiempo a peinar Dialnet”….

En esas me andaba conmigo mismo cuando me cruzo con una propia ama de casa. Propia por digna, en todas sus acepciones. Arreglada y a la vez con los signos identificativos de su rol: carrito de la compra, ropa de calle pero no de trabajar, peinado en modo doméstico…

Me doy cuenta de que repara en la bestia para acto seguido dirigirse a mí con una idea que le acababa de cruzar la mente; pero sin perder una expresión en la cara que contenía el aroma que se comparte desde Dunkerke a el Annual, pasando por Carrhae y Adana, la derrota pese a la supervivencia:

-“¿Podrías darme algo para comprar huesos de pollo a mi perro?”

Me dijo. Me susurro. Y en el tiempo que tardé en decodificar los sonidos y la situación me dio tiempo incluso a plantearme si de verdad tendría perro.

 A partir de aquí no importa el relato, ni la causa, ni las interrogantes importan, pues todo lo domina ese hedor a derrota en la supervivencia. La humillación que comporta la petición de auxilio. 

4/04/2012

Cosas de Mayores


Sobre las cosas importantes
como la guerra
hay que dejar hablar primero
para escucharlos
no a los viejos
sino los transmisores

Solo resta el nimio trabajo
de que cada uno encuentre
a sus mayores

Esto puede tomarse
como un ejercicio
de abandono de la adolescencia
sin renunciar a la JUVENTUD

4/01/2012

Principios y Fines, o viceversas

Cuando la praxis se impone a los principios

los conflictos se liberan de autoridad

se enajenan de legitimidad

y devienen en conflicto de intereses

Amnistía fiscal a los defraudadores

¿qué tal suena?

“Anglés aparece y te reducimos la condena”

1/03/2012

Texto fallido

Por dejar las cosas para última hora, y hacerlas corriendo, me quedé fuera del concurso de La Fund. Camilo José Cela

Dejo al menos testimonio de mi intención:

No perdamos la perspectiva, yo ya estoy harta de decirlo, es lo único importante. Doña Rosa va y viene por entre las mesas del Café…La señorita Espina viene y va sobre las sillas del Té. Aunque nunca lo he dicho, pues hay cosas más importantes, por mucho que uno se esfuerce, nunca alcanza la correcta perspectiva”.

Nené siempre mantenía este tipo de conversaciones consigo misma. Con quién si no. Llevaba 5 años ya en su puesto de administrador de la Corona en el servicio de Oropeles y Rica-dádivas, departamento de medición, peso y estimación, esperando a que los indígenas de aquella isla se decidieran a obsequiar a su majestad con algún presente.

Lo que Nené no sabía es que los indígenas habían preferido emigrar, abandonar la isla, para dejar de ser aborígenes y pasar a engrosar la lista de extranjeros en reino territorial ajeno. Así pues, el presente, y el futuro, de esta servil funcionaria se limitaba a, aparte de mantener operativa la unidad de contrastación respecto a estándares, construir soliloquios especulares con sus recuerdos.

Y para no malgastar papel, se servía de la arena de la playa, soñando con publicar algún día aquellas líneas bajo el título “Libro del Litoral”



9/25/2011

Cuestiones, juegos y neutrinos: ¿hablamos de riqueza?

De mi infancia y el dinero recuerdo dos frases más:

- “¿Tú te crees que el dinero crece en los árboles?”, dicha por mi madre.

- “Si no hay dinero, ¡qué impriman más!”, dicha por mí.

Ambas están ancladas a los mismo, al prestidigitador enlace que existe entre riqueza y moneda.

La segunda se da de bruces con el temido déficit, la perdida de valor de la moneda por simple ejercicio de valorización, o interpretación de la ley de oferta y demanda: Lógicamente, no tienen el mismo un vaso de agua en el Nilo que en el desierto.

La primera me remite a que la riqueza ni se cree ni se destruye, quedaría bien decir que se transforma, pero en realidad se distribuye. Se distribuye en el Espacio, pasando de unos a otros, y se distribuye en el Tiempo, con la Deuda.

En estos días de Crisis nos asaltan multiples incognitas. Entre ellas:

1-¿Realmente tenemos bien asumidas las reglas para no hacernos trampas, o lamentarnos del final de este juego al que jugamos?

2-¿Acaso no deberíamos plantearnos modificar los criterios de valor, desarrollo para poder seguir jugando aunque fuera otro juego?

3-¿Estas modificaciones no serían más revolucionarias que los horizontes abiertos esta semana en las Teorías Espacio/Tiempo?

8/28/2011

Viejo Vs. Joven ¿Sí? ¿Cómo?



Hay grandes dicotomías que mueven el mundo, cual electroimán a la inversa, estos supuestos polos magnéticos, parecen generar el campo eléctrico de la vida generan. Amor--Odio, Poder--Debilidad,…Todas ellas siempre entrelazadas con otras tejiendo un universo complejo de existencia.

Muchas veces confundimos complejidad con complicación porque no somos capaces de ver esos entrecruzamientos. En otras ocasiones no obcecamos en tratar de deshacerlos pasando por alto la más que posible posibilidad de que esos nudos sean parte de nuestra propia identidad y que desmontarlos supone reducirnos a una simplificación trivial.

Hoy me he despertado con el la china de la Juventud y la Vejez en mi zapato mental. ¿Por qué parecen enemigos irreconciliables? ¿Por qué acarrean atributos aparentemente incombinables?

Como mejor principio se me antoja imprescindibles superar la barrera fisiológica como horizonte de discusión. Todos conocemos “Viejos prematuros” y “Ancianos juveniles”. De hecho son un argumento más para ahondar en la dicotomía.

¿Y si tratamos de buscar su lugar en el mundo recurriendo a su posición respecto a otras nociones? En este caso pienso en Adulto e Infantil, cargas que solemos subsumir dentro de nuestro uso prejuicioso de la dicotomía que nos concierne. Además, para simplificar las cosas lo haremos digitalmente, es decir, definiendo dos posiciones, Oposición o Coalición, 0 y 1.

El croquis resultante de este planteamiento sería más o menos el siguiente:

Así podemos leer que si asociamos Adulto a los criterios de Vejez, no nos queda otra que asociar, y excluir de este par A=V, Adulto e Infantil.

Sin embargo, si somos capaces de asumir que se puede ejercer de adulto y ser joven, no nos veremos obligados a renegar a todo lo que a la infancia concierne.

Esto no son más que un juego de cábalas formalizadas, más o menos acertadas. Lo que me queda claro es que la juventud es una aptitud vinculada a la movilidad, la búsqueda de salidas entrando en crisis y con el riesgo de fracaso acompañado. La Vejez es así la aptitud inmovilista de conservación del estado presente de las cosas, la asumción de los males que se padecen como pago por la tranquilidad de evitar riesgos.

Sin querer, en este pequeño párrafo con pretensiones conclusorias, se han manifestado una serie de cuestiones que estoy seguro intervienen al equilibrio inestable, a esa danza cambiante en función del paso en juego, de esta pareja de baile.

8/23/2011

¿Biblioteca VS Sala de Lectura: existe el combate?


Conozco más de un bibliotecario que se queja de los usuarios (evitar en toda manera clientes) que acuden a su centro de trabajo a estudiar y no a aprovechar el material de los fondos.

Siempre he pensado que una biblioteca es un lugar identificado por las dinámicas que en el se desarrollan: el saber, el aprender, …., la interacción con el conocimiento.

Bien es cierto que esta idea puede definir también cualquier aula universitaria o escolar, e incluso alguna sala de museo; pero esta indefinición no hace sino reforzar la pertinencia de todas estos lugares pues les identifica dentro de la familia de las “plantaciones culturales” distinguiéndose cada una por las particularidades necesarias para su función en cada momento.

Así pues me escama que se reduzca la biblioteca al préstamo de fondos, del mismo modo que me enerva que los estudiantes sólo pisen las bibliotecas para estudiar los apuntes de los exámenes. La plurifuncionalidad que ansío para un mismo espacio se topa frecuentemente con las barreras pragmáticas de esas particularidades apuntadas anteriormente. Por ello la figura de la “sala de lectura” me parece a día de hoy una vía pertinente y necesaria para afrontar los retos socioculturales de las ciudades.

Si tenemos en cuenta que la “Formación Continua” es indispensable y que en los hogares no se cuenta con los nichos de Espacio/Tiempo para poder optimizar su ejercicio, casos como el de la sala de lectura 'Luis García Berlanga' en Tetuán me parecen ejemplos a imitar. Su implantación resultaría de las más baratas en el área de cultura (hablando de infraestructuras permanentes) pues son los usuarios los que las llenan; Y su impacto en el ecosistema urbano es mucho más beneficioso que iniciativas puntuales que no están al alcance, por aforo, precio u horarios, de todos los vecinos.

Por el momento no abundan estas inicicativas, y en Madrid hay que buscarlas camufladas entre las aulas de formación tecnológica.

Evidentemente estos sitios necesitan de la transformación de los hábitos de las personas. Igual que está implantada la hora de parque, debemos implantarnos las hora de lectura, tanto para infantes como para adultos. Ese el gran reto.