Carta al directo Presente

Decía Machado, “Sólo un necio confunde valor con precio”.

El Valor se maneja y se disfruta. Lo disfrutan aquellos que alejados de las urgencias de la vida ordinaria, del miedo al no tener suficiente, al no llegar. Estos disfrutan del privilegio de poder manejar términos como oportunidad, riesgo, por ende beneficio, y por supuesto del lujo de permitirse fallar en sus cálculos. El adverbio propio de cantidad para estos es bastante.

El Precio se padece. Es la aduana que tienen que afrontar aquellos que no pueden sacarse del retrovisor el fantasma de la carencia, de la renuncia, del no poder. Estos a los que sólo les queda apechugar con las tasas, pues ellos no pueden emprender la fuga, migrar con los capitales, ya que son personas físicas, ubicadas en un tiempo y un lugar, que les hace ser los paganinis ideales de los riesgos de otros.

Y esto tiene pinta de seguir así hasta que no se tenga el valor de cambiar las cosas para no pagar un precio tan alto por ellas.

Texto que presumiblemente aparecerá en cartas al director