Tengo mucho que decir y muy poco que se pueda corporeizar en unas líneas coherentes, así que volveré a arroparme en la técnica del Ready made para saciar mi apetito expresivo.
Sin ninguna causa concreta, y pudiéndose aplicar a muchos ámbitos de la vida, últimamente me ha asaltado la frase “antes de amanecer la noche es más oscura” -La decía creo que Rilke- Se me antoja ese momento como el su terreno más fecundo para la cohabitación de fe y razón.
Ante la amenaza, la incertidumbre, el individuo, y el colectivo, busca respuestas y/o asideros para cultivar la esperanza y arraigar el esfuerzo. Sería pues la traducción intelectualoide de “sacar fuerzas de flaqueza”.
La cuestión es, ¿qué hacemos si no poseemos del conocimiento de la mecánica astral que asegura el nuevo amanecer, y carecemos de la creencia en alguna fuerza divina que sostenga el orden de las cosas?
Sólo se me ocurre una solución, estudiar, rezar por si acaso, y obviar la amenaza.
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