En algunos casos podríamos interpretar que, el cerebro humano, en otra de sus genialidades, es capaz de conferir a los recuerdos el valor suficiente para no sentirse uno solo, es decir, el cerebro crea una compañía virtual.
Incluso más allá, es capaz de identificar, vincular, los sentimientos y pensamientos de uno a muchos, aunque de estos no se haya tenido percepción, creando una ilusión. Es en ese caso cuando hablaríamos de pertenencia.
Por otra parte, algo tan genial es también muy endeble, y si al cerebro le da por no catalogar las percepciones de compañía, porque no las considera suficientes, estaremos en una muy mala posición, con la sombra de la soledad acechándonos continuamente.
No sé cómo, pero tengo la certeza de que está relacionado con esas situaciones de dinámica negativa: si tu mente te crea la virtualidad de que sólo te pasan cosas malas, es muy difícil escapar al mundo Real en busca de consuelo.
Ante esto, ten cuidado de levantarte siempre con el pie derecho.
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