Las cosas pequeñas

Muriel Barbery, por boca de uno de sus personajes, la portera Reneé, contrapone “la vacuidad de los grandes momentos ante su fin cierto” a “la magnificencia de los pequeñas cosas conscientes de su finitud. Cosas como la ceremonia del té”.

El disfrute de este placer de las cosas pequeñas, dice, que es el punto de unión de la esencia de todo Ser Humano, salvando clases, jerarquías, razas, culturas,…

Estando de acuerdo con esta idea, la completaría haciendo referencia que es también, el soportar los ineludibles males de la vida, un punto de intersección de la humanidad, al margen de las accesorias diferenciaciones.

Me refiero a situaciones como el tener que soportar una inyección, los retortijones de una gastroenteritis, la vergüenza ajena,….

Customizando este ppo. Zen del disfrute de las cosas pequeñas, este domingo aprovechamos

para: Ver al exposición de la escuela de Venecia (Canaletto’s crew) en la R.A. De S. Fernando; camino del Jardín del Príncipe de Anglona, comer castizos bocadillos de calamares de la Plaza Mayor; de vuelta, postrear hojaldre con dulce de leche; y finalmente deleitarnos con una siesta EMT, esto es, de cabeza a fín del recorrido del 147.

Mañana, no tengo muy claro si será un evento de placer o de dolor, pero tengo una ponencia dentro del Seminario Imagen & Palabra. Para más INRI, los que quieran podrán verlo en directo, mañana 20-IV, aquí. (17h)