Ultimamente

Una vez solventados los trámites del desembarco estival parisino me resta mes y medio para dar un empujón gordo al inicio de la tesis. Ese es mi marco de definición actual, al cual hay que añadirle cursos de francés, clases en la uni y algún que otro embolado más para hacer C.V.

Dicho así no sé si estoy estresado o es que una vez escritas tienen apariencia de mayor importancia las cosas con las que se me van las horas y los minutos.

Ultimamente me debato entre si el mundo lo llenamos tal cantidad de torpes que no hay alternativa a la creciente sensación de frustración que me da la interacción con el mundo, o si es que hay mucho “Hijo Puta” suelto.

Debo reconocer que tal vez un evento está condicionando la muestra de mi test. Y es que una vez motorizados estoy expuesto con mayor frecuencia al tráfico de Madrid, y que estamos bregando con las diferentes administraciones para hacer todos los trámites que nos permitan sacar la tarjeta de S.E.R.

Lo del estacionamiento regulado, es una locura administrativa el darse de alta, aparte de una estafa. Te voy a cobrar por algo que nunca se ha cobrado, que es de todos y que ya se paga dentro de otros conceptos. Supongo que estos liberales “Gallardonianos” siempre tendrán la duda de si Peter Pan perdió de verdad su sombra o es que no pagó el impuesto para poder tenerla.

Por otra parte hay que reconocer que tengo mis “rinconcitos de la sonrisa”, esos momentos de placer inocuo, pueril y cándido, como un capuccino en el chiostro de Bramante, que me hacen desechar la idea de que todo sea tan malo. Últimamente he incorporado uno más, escuchar el programa “No es un día cualquiera” de RNE. En él, además de múltiples conversaciones en las que ejerzo de escuchante, he podido descubrir a Forges más allá de los forgendros. Por cierto, me lo crucé por la calle, y más majo él.

No viene mucho al caso, pero necesito fustigarme públicamente por mi incapacidad para recordar la fechas especiales de mis colegas, y más sabiendo que a primeros de Mayo viene una ristra de sus cumpleaños. Sobretodo en el caso de algunos que son receptores de gran parte de mi cariño. “por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa”