Bonsoir, Je suis à la université,…et ça c’est suffi français pour aujourd’hui. Ya iré curtiendo más la sin hueso en la gabacha lengua de cara a la estancia estival. Más me vale porque, Museo Arqueológico Nacional mediando, finalmente voy solo.
Lo dicho, estoy en la uni currando. Si hoy, la tarde previa a un acueducto laboral digno de la admiración romana. Lo digo porque en Getafe el 5 de mayo también es fiesta.
Tras una mañana de deambulatorios administrativos me recluyo en un rinconcito de la biblioteca a escribir unas líneas porque….porque yo lo valgo.
El rinconcito que me acoge es una de las ventajas del cargo que estoy estrenando, profesor de la universidad, desde el 1 de abril. Me explico: existen unos despachos para trabajo en grupo en la biblioteca, despachos a disposición del alumnado previa reserva. El personal docente, c’est dire, moi, tenemos uso preferente sobredichas salas. Una suerte de derecho de pernada asociado a la jerarquía.
Mi otro, obligado por las putas obras de alrededor de mi casa, cubil de trabajo es la biblioteca del “Círculo de Bellas Artes”. Un ambiente decimonónico, pero con wifi, donde comparte cómodos atriles y pupitres con un grupo de opositores y eventuales lectores de periódico. Ahhh, y las vistas a la Gran vía no están nada mal.
El acceso a este lugar exige hacerse socio de la institución, 15€ de cuota mensual y 30€ de alta, lo cual da dcho. a emplear el club de billar, otros servicios del CBA y descuentos varios.
El fin de semana pasado, aunque estándar, dio para conocer las expresiones:
- “ser amigo de la sospecha” =desconfiado
- “no acostumbro a dar jabón, y menos a gente limpia”= no soy un pelota
- “chinelas” = zapatilla de estar por casa
Saber que baladí significa en origen “de al tierra”, y que por comparación con lo importado que es siempre más difícil de adquirir evolucionó a “sin importancia”.
Así como asumir que es impepinable ya un plan de choque físico para enfrentarme con garantías a ese prado infinito donde el ayuntamiento nos ha llevado a jugar el trofeo Marca. Resumiendo diré que somos parte de un plan de integración de la colonia gitana que viéndonos perder el resuello recolectaba cartones.
Lo más gracioso del partido, en el que tampoco estuvimos tan mal (como al Barça en Old Trafford), es que los únicos que conservaron el sentido de la orientación en esa enormidad acabaron discutiendo. Fue como si la madre Teresa de Calcuta e Ignacio Ellacuría se acusaran uno a otro los pecados de la Iglesia católica. jjajajajaj
Acabo, cripticamente, para picar el gusanillo: El Teatro por Narices merece mucho la pena.
1 comentario:
lexu, como compresor-codificador de contenido no tendrías precio en el sector audiovisual.
pero en fin, espero que este fin de semana nos adaptemos mejor a las enormidades del medio futbolístico y demostremos que sin calidad y sin físico también se ganan partidos :P
Eso sí, no contaréis con mi dispensable colaboración-jejeje.
un abrazo, crack!
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