De reinvindicaciones y movilizaciones

Esta visto que el calentamiento global no es algo sólo medioambiental, también afecta al clima político a pie de calle, ¿está de moda manifestarse o es que la caldera ya tiene bastante presión?

El mes pasado en Francia, concretamente en París, uno de los sectores públicos más importantes, el transporte, paralizó la vida ciudadana. Al mismo tiempo, los estudiantes, opuestos a las reformas que impone el “plan Bolonia” han ocupado 46 de las 85 universidades de Francia. Y la masa de ciudadanos aintegrados tambien han protestado con el ya clásico espectáculo “quema el Renault”.

Curioso, en Mayo del 68 también coincidieron en el tiempo las reivindicaciones ciudadanas, obreras y estudiantiles; pero esta vez no ha habido comunión de los 3 estamentos.

Debo reconocer que aquí el compromiso reivindicativo es férreo, si hay motivos para la huelga ésta se lleva a cabo con todas sus consecuencias. Se sabe el día que empieza la huelga, pero sólo acaba el día que el otro bando emprende acciones en la dirección deseada. De ahí supongo que le viene el ímpetu a la policía en estos lares; aquí no se cortan a la hora de disolver unos piquetes poco informativos.

Hablando de reivindicaciones, me alegro y me sorprendo del despertar pancartero de Salamanca.

Por otra parte, quisiera llamar la atención hacia los dos modelos de despotismo devenidos del falso socialismo, el de Putin y el de Chavez. Queramos o no, la Metrópoli sabe como amañar unas elecciones, no como ese aprendiz bananero.

Finalmente, y aunque sea políticamente incorrecto, no me puedo reprimir y debo reconocer que, aunque apoyo toda manifestación en contra de la violencia, tengo mis dudas sobre si el asesinato en Francia de ese guardia civil puede ser calificado de atentado.

Un atentado es una acción violenta reivindicativa. Esto ha sido el asesinato de un ciudadano extranjero, ya que un guardia civil fuera de España no tiene ninguna autoridad, a manos de otro extranjero vinculado a actividades delictivas. Vamos que es como si el Dioni, antes de ser capturado, le hubiera pegado dos tiros a un policía municipal madrileño que le reconociese en Rio de Janeiro.

Evidentemente, ETA es una lacra, pero no me gusta pensar que la policía tienen legitimidad para perseguir más allá de las fronteras, ya que los ciudadanos no tienen esa libertad para actuar. Tema complicado este de la persecución del malo.