No llegamos al turrón

Bueno, Bueno, Bueno, Cómo está el patio futbolístico y eso que el mono no se ha confundido con el Cartel (esto es una gracia que upsurda que solo tiene algo de sentido para los adictos al informal.)

Mucho me extrañaba que el Valencia de mis entretelas no hubiese adelantado las fallas ante los contratiempos que se estaban dando. Sinceramente tenía la esperanza de que se repitiese el guión de la primera temporada e Cuper, el entrenador aguanta hasta jugar con el Madrid, se le gana sobraos y de ahí “hacia el infinito y más allá”.

Pero bueno, er futbol es asín, aunque también puede ser así “otro fútbol es posible”. ¿Y ahora de donde se saca un entrenador decente que pueda hacer algo decente con una plantilla decente pero que no ha confeccionado él?Es hora de buscar sustitutos, y esto es incluso más divertido que el fútbol en sí. Veamos:

Conocedor de la casa Che y de Laureles reverdecidos aunque en equipos menores: Victor Espárrago

Jugador emblemático del club que da el salto tras forjarse en ligas foráneas (modelo Stoikov): Lubo Penev, o en plan autóctono, Luís Milla.

Con experiencia a la hora de manejar situaciones tensas, asegura espacio en las portadas y distracción en el terreno de juego: Luiz Fernandez “Maxote”.

De contrastada experiencia en grandes clubes como apaga fuegos: Radomir Antic.

Con interminable historial, claro conciso y dominador del patapum parriba: Javier Clemente. La versión Italiana incorpora además, gasto millonario en fichajes y potra de cara a ganar títulos: Fabio Capello.

Con historial mundial, conocedor del ambiente y la ciudad, y dominador de la táctica salmón “a la contra!!!”: Luís Aragonés, y Pariera (“a la cointra”).

Del perfil valdanista, amigo del juego preciosista, el verbo florido y el resultado incierto: Lillo, o el propio Valdano.

Conociendo como conozco allí donde residen mis fanatismos futbolísticos, apuesto por Deschamps: Joven, cercano a la plantilla, claro, sincero, trabajador, estratega pero sin hipotecar la táctica, pragmático, independiente de directivas, y con laureles europeos (Ese Mónaco subcampeón de la Copa de Europa). Una vía medio italiana, sin llegar a serlo, para una institución (directiva, aficionado, plantilla) que gusta de ese espíritu.

O por Javo Irureta: Los huevos pelaos en los banquillos españoles, con cracks y medios pelos, nada conflictivo, gustoso de hacer lo correcto cuando toca y cómo toque, y con una concepción del juego ajustable a la configuración de la actual plantilla.

PS: o tal vez está preparandome mi regalo de cumpleaños, aunque yo prefiero ser entrenador jugador; especialmente para la próxima jornada.