Para Franky lo más divertido era enviar mensajes contradictorios y totalmente falsos para que Algunos andasen pergeñando concurrentes y ficticias biografías. Recordaba con especial sorna el día que, con la complicidad de Pieter, forjó su leyenda de bebedor indómito de impertérrito aguante. Aquella noche le pidió al camarero de Bolshoi que llenase dos botellas vacías de Passport con te helado y que, al acompañarle en sus tragos en “las rocas” hiciera pequeñas muecas de esfuerzo.
Sólo Pieter, el mudo camarero del Bolshoi, conocía el secreto. Y aunque hubiera podido hablar , sus años corriendo por el barro del patio con Franky aseguraban su mutis. Lo que Pieter no sabía es que en otras partes de la leyenda de Franky, éste se servía de Otros para engañarle como a Algunos.
1 comentario:
El jersey de cuello vuelto de Pieter me ha llegado... jajaja
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