Crisis: riesgo y oportunidad

Desde la Revolución Industrial una de las luchas de los asalariados fue la reducción de la jornada laboral. Una vez instalada y normalizada la semana inglesa de trabajo primero, y después la semana laboral de 5 días, ahora las mentes bien-pensantes abogan por aumentar el caudal de ésta. En estos momentos en que occidente se hace más que evidente que el empleo, tal y como lo conocíamos, va camino de extinguirse o extinguirnos.

Ahora que los Estados, para mantener esa entelequia de la solidaridad social, necesitan aumentar el ejército de contribuyentes a la seguridad social. Ahora que las herramientas técnicas a nuestro alcance permiten reducir la mano de obra para el trabajo, y ya que no acabamos de imaginar nuevas formas de empleo al alcance de todos, la solución primaria, incluso a ojos de un tecnócrata con todos los datos en la mano, pasa por reducir las jornadas, POR LEY, para aumentar la tasa de empleo, y de paso, dar un paso más hacia la completa integración entre vida familiar y vida laboral.

Ahora, de la mano de pro-hombres de definidos por las pulsiones del bajo-vientre y el verbo fácil, acompasado por el frotar de manos de esos para los que la crisis solamente también significa oportunidad.

Alguien debería explicar que además de oportunidad, las crisis emergen para hacer visibles los riesgos que corremos de no aprovechar la oportunidad.

Las referencias corresponde a una única fuente porque en ella me manejo mejor paa buscar la información, pero la misma se puede encontrar en otros medios de cualquier color de lente.